Historia
En el amplio Val da Amaía, en las tierras pobladas por los antiguos "Amaeos", se situa el Ayuntaminento de Brión, enclavado entre dos rios, en el norte el caudaloso Tambre y en el sur el hermoso rio Sar que tan bien plasmó Rosalía de Castro en su obra.
Tierras que ya conocen la presencia humana desde la pehistoria: La cultura de las grandes piedras o megalitismo con el campo de mámoas de Rañalonga; nuestros antepasados celtas con las primeras aldeas o castros (Bemil, Pousada, Forxán, Lamiño, Ons, Tembra, Vioxo… o el más salientable de Beca o Lupario, escenario de leyendas de la Raiña Lupa y la traslacion del cuerpo del apóstol.)
Conocemos el arte de estes primerios pobladores en los petroflifos do Coto Cornido en Boullón o en el monte Pumariño en Bica con cazoletas y círculos concéntricos.
Ya con la llegada de los romanos a nuestro territorio tenemos constancia de la calzada romana per loca marítima que atravesaba la parte norte del municipio camino de Brandomil y cruzaba el río Tambre por el desaparecido puente Pías. En la localidad de Cirro, en la parroquia de san Salvador, en 1963 se encontraron por casualidad un mosaico y los restos de un hypocaustum (horno de calefacción) romano con piso de barro rojo perteneciente a una villae.
La época medieval está profundamente marcada en nuestro municipio por la importante presencia de los Moscoso, dueños del castillo de Altamira y con posesiones tan dispares como en las villas de Ribadeo o Corcubión, lo que da muestra de su enorme poder. En el año 2021 se cumple el quinientos aniversario de la famosa batalla de Altamira, una pugna entre la iglesia representada por el arzobispo Alonso II de Fonseca y la nobleza representada por Lopo Sánchez de Moscoso, con el triunfo de esta última a los pies del castillo de Altamira. La llegada de los Reyes Católicos y su poder centralizado provocó que la nobleza gallega se trasladara a la Corte con lo que se inició el declive de los diferentes castillos, dejando poco a poco la fortaleza de Altamira deshabitada y deteriorándose a lo largo del XIX. En la actualidad los restos son propiedad de la Diputación de A Coruña, que es la encargada de acometer las obras para su puesta en valor.
ARQUITECTURA RELIGIOSA
Gloria Gende, en su obra “El arte religioso en la Mahía”, señala que a finales de los siglos XVII y XVIII se llevó a cabo una gran obra arquitectónica en la comarca de Amaía, dando como resultado los templos actuales. Este fervor constructivo en el entorno se debe al establecimiento de la casa de los Borbones en España, que provoca un auge económico como consecuencia de las renovaciones aplicadas en la agricultura, el comercio y la ganadería. Sumado a esto, el apoyo económico del Cabildo Catedralicio y los monjes benedictinos de san Martín Pinario y san Xusto de Toxosoutos propició la reconstrucción de algunos de los templos medievales, así como el levantamiento de otros nuevos que dejaron un hermoso paisaje barroco en la mayoría de nuestras iglesias:
La iglesia de san Fins de Brión, con planta de cruz latina, una sola nave abovedada, con fachada sencilla de puerta con orejeras y un bello retablo mayor.
La ermita de santa Minia, santuario del siglo XIX que guarda los restos de la mártir de las catacumbas de santa Inés en Roma. Consta de planta rectangular, que viene siendo la capilla mayor, interrumpida por el crucero sin concluir. Faltan las capillas laterales del crucero, la nave, la fachada y el campanario.
La iglesia de Cornanda, del siglo XVII, de planta rectangular, fachada sencilla con campanario donde descansan las dos campanas. Un retablo mayor con dos cuerpos, columnas salomónicas y las distintas imágenes de la Virgen y san Antonio de Padua.
La iglesia de Viceso tiene planta de cruz latina, cubierta con bóveda de cañón y destaca su fachada sobre la que se eleva la torre de las campanas. En el interior, un bello retablo de estilo neoclásico de tres bandas.
San Xulián de Luaña, iglesia que muestra la mayor obra románica que se conserva en el municipio, concretamente todo el presbiterio. De planta rectangular y arco triunfal de medio punto. En el interior, pinturas de estilo gótico, aunque fueron realizadas a principios del siglo XVI, con escenas de la pasión de Cristo. Estas pinturas estuvieron escondidas durante muchos años por el altar y fueron redescubiertas en un proceso de restauración del conjunto.
De planta rectangular es la iglesia de Ons, con una sola nave con presbiterio casi cuadrado. Destaca el retablo mayor, tallado en 1789 y realizado en piedra.
Santa María de los Ángeles, iglesia barroca de planta de cruz latina, con una imponente bóveda de cañón que cubre la única nave. Tiene magníficos retablos, especialmente el altar mayor, de estilo neoclásico. Destaca también la hermosa cruz de la cumbre que preside el presbiterio, procedente de un antiguo templo.
La iglesia de san Xulián de Bastavales, de planta de cruz latina y de una sola nave con bóveda de cañón. Fachada de un solo cuerpo, de orden toscana, con la puerta lisa de estilo neoclásico. Sobre ella un relieve con la imagen del patrón, San Xiao. Es la única iglesia del municipio que orienta su fachada principal hacia el sol naciente.
Iglesia de Boullón, de finales del siglo XVII y principios del XVIII, de planta rectangular y portada coronada por una espadaña con dos campanas. Solo conserva los dos retablos laterales similares, con un estilo enmarcado entre el barroco y el rococó.
La lista de templos religiosos se completa con el conjunto de capillas de las distintas parroquias: la Capilla de la Guadalupe en el Tremo, con un bello entorno exterior con crucero y una fuente en honor a Vicente Ramos, ilustre benefactor, obra del célebre Asorey; la Capilla de san Salvador, con el crucero a su lado; la Capilla de san Clemente en Brión, con los restos de un crucero y con la fuente del santo y la hermosa Capilla del Carmen en Bastavales, que parece más una pequeña iglesia, con la torre-campanario, bóveda y cúpula en el crucero.
ARQUITECTURA CIVIL
Pazo do Armental. Un pazo de grandes dimensiones con una edificación en forma de “L”, unido a otras dependencias auxiliares con una pasarela de cantería y balaustrada de acceso a una solana, todo sobre una estructura de piedra en la que se abre un arco rebajado de paso. Tiene un altar cubierto con funciones de capilla. Su origen blasonado se remonta al siglo XVIII, con escudos de los Mariño, cuatro hermosos relojes de sol sobre ménsulas, fuentes ornamentales, crucero, jardín, lagar y una chimenea.
Pazo do Armesto. Consta de dos bloques construidos en “L” a dos plantas y forman un bello conjunto con la capilla y el patio que da a la balconada. Techo a cuatro aguas y muros de perpiaño bien tallados. El pazo se dispone alrededor de un patio recibidor, de forma rectángular, completado con una capilla también de planta rectanguar con espadaña. Escudos heráldicos de los Ponte, Figueroa, Zúñiga y el irlandés Meache.
Pazo do Casal. Actualmente en estado ruinoso; solo conserva la estructura del muro exterior de cantería, con planta rectangular alargada y dos alturas. Del interior solo destaca la chimenea con el tiro de cantería. El acceso a la planta está elevado sobre un arco que da acceso a la capilla.
Pazo de Trasouteiro. Pazo de planta rectangular y desarrollo longitudinal donde uno de sus lados menores mira hacia el Val da Amaía desde una hermosa terraza, con un petril bajo con una dependencia abovedada, a la que se accede por dos puertas con arcos de medio punto. En el jardín se encuentra una hermosa fuente renacentista de la que solo queda una parte, ya que los dos cuerpos superiores han sido saqueados.
Pazo de Ons. Edificio noble con planta rectangular con muros de perpiaño y techo a cuatro aguas. En el penal sur destacan unos canecillos de granito, que en su momento debieron sostener una grana balconada de madera. Destaca en la fachada principal un escudo nobiliario cuarteado en cruz y rodeado de volutas, y en la contrafachada hay una enorme chimenea con gárgolas cilíndricas que presumen la existencia de una gran cambota y chimenea. El pazo termina con una cornisa perimetral con molduras.
Pazo de Guldrís. Como la mayoría de los palacios rurales de la zona, se construyó con un volumen sencillo de dos plantas y con materiales y técnicas tradicionales, siendo conocido como Casa de Riazas. Las pocas referencias bibliográficas existentes narran la mala conservación y las peores transformaciones sufridas a lo largo del tiempo, quedando recebado y encalado sin mantener la imagen de su destino inicial.. Perteneció a la hidalguía gallega de los Galegos, Lamas y Sistallo, hasta que fue heredado por Benigno Becerra, siendo hoy propiedad de particulares ajenos a aquellas familias.
ARQUITECTURA POPULAR
Antiguos palomares de los tres tipos más frecuentes: cuadrados en los rectores de Brión y Os Ánxeles; octogonales en el pazo do Armental y San Salvador y circulares, esparcidos por las distintas parroquias; hermosas fuentes repartidas por la gran mayoría de las aldeas con bellos ejemplos como Vidaloiso, Soigrexa de Bastavales, Ardións, San Antonio do Alqueidón, Pazos… o las artísticas de Hermes en Brión o en O Tremo con el busto de Vicente Ramos, obra del famoso Asorey. Molinos en cascada en el rio Chavielos en Ons,, con la antigua fábrica de la luz y la catarade del Pozo negro, molinos de Goiáns con una notable belleza, o el conjunto del río Traba conforman junto a la playa de Nináns y el embalse de Barrié da Maza unos parajes naturales de suma importancia para nuestro municipio y son dignos de admirar pausadamente, sin prisas, para un mejor goce de los sentidos.
Nuestro municipio tiene la enorme suerte de atesorar más de sesenta cruceros repartidos por las diferentes aldeas, bellos ejemplares de cruceros de capilla en Vioxo o Pousada, esbeltos cruceros muy bien labrados en Bemil, Ons, Cornanda y Mourentans. Hermosas “pesqueiras” siguiendo el curso del Tambre, inundadas por la presa del Tambre, pero apreciables cuando baja el caudal, Ponte Ínsua, Pozo Cardo, Pouso, Latedo…
Cabe destacar el casi medio centenar de valiosos relojes de sol, entre los que destacan los conjuntos de los dos Vioxos, ocho en Nináns y tres en Esparís. Son de mención los cuatro del Pazo do Armental y uno hermoso en el Pazo Armesto, a los que debemos sumar los de las iglesias y rectorales del municipio. Completando el ingente patrimonio destacan los innumerables hórreos, de tipo maián o los característicos de Busto de Frades, todos ellos integramente en piedra, algo sin duda motivado por las duras condiciones climáticas que deben soportar los veciños por la altitud, con vientos y lluvias con humedad mas alta de lo normal. A falta de protección de elementos geográficos que ayuden a guarecer los núcleos habitados hace que los hórreos se protejan con materiales pétreos y macizos para guarecer el grano en las mejores condiciones. A diferencia de los hórreos costeros, los canteros que tallaron estos hórreos fueron los que esculpieron con pináculos y cruces. Las cruces aparecen en Busto de Frades en formas insólitas, cruces caladas, celtas, de Santiago…, ricamente concebidas y modeladas, lo que las hace únicas. En el apartado de puentes, Ponte Ínsua, Ponde de Vidaloiso, aínda que destaca sobre todo el puente sobre el Rio Tinto, ejemplo de bella hechura y antigüedad.
Situación
El municipio de Brión cae hacia el oeste de Santiago, camino del mar. Está atravesado por la carretera C-543 de Santiago a Noia: 13 kilómetros lo separan de la capital gallega y 23 de esta villa marinera.
Paralelamente a esta vía ha entrado en servicio la autovía AG 56, Santiago-Brión, que continuará hasta Noia como vía de alta capacidad.
Pasa también por su territorio la carretera de Bertamiráns a Muxia y conecta esta última con la N-550 por medio de la LC-300 de Barreiros a Picaraña.
Sus 106 aldeas, repartidas en 9 parroquias, con 3 entidades de población divididas en 33 calles están intercomunicadas por una red de pistas asfaltadas que suman más de 300 km. En ellas el visitante puede ser guiado perfectamente gracias a una señalización bien estructurada.
Brión se integró en la comarca de Santiago en la nueva división comarcal de Galicia.
Toponimia
Desde el punto de vista geográfico, Brión se divide en dos zonas:
La primera, más cercana a Santiago, formando el Val da Amaía, regado por el evocador río Sar.
El segundo, en la vertiente del Tambre, lo delimita hacia el norte formando el embalse del Barrié de la Maza.
Tiene por vecinos a siete municipios: Ames, Negreira, Serra de Outes, Noia, Lousame, Rois y Teo, y cuenta con 75 kilómetros cuadrados y una población cercana a 8000 habitantes, que está en progresivo aumento gracias a la atracción que ejerce su cercanía a Santiago, a la hermosura de los paisajes y al esmero en la ordenación urbanística.
A Amaía disfruta de un microclima ostensiblemente benigno: temperaturas moderadas y considerable proporción de días despejados. El relieve es ligeramente ondulado, con alturas máximas en los montes que demarcan el término municipal por el sur: Santa Cecía en Bastavales y Pedra do Coro en Cornanda, que sirven de miradores respectivamente a las rías de Arousa y Noia. La altitud va de los escasos 30m en la ribera del rio Sar hasta poco más de 525 en los picos meridionales.
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